REDENCIÓN
La redención es dejar libre a una persona de la carga que pesa sobre ella, no busca culpa ni culpables, redimir no es exculpar (sería aceptar la culpa como mi verdad y permitir que nos oculte la fuerza), es cerrar círculos con gozo y no empezar otros para no regresar al principio culpable. La redención viene cuando los equívocos encuentran su equivalencia, dejan de serlo y se convierten en la fuerza para cambiar. Es servir de forma sabia a los demás tomando la forma gozosa y entusiasta sin condicionar su objetivo. Es encontrar en lo vivido como quiera que haya sido y por la razón que sea, la experiencia y su fuerza existente, porque siempre ha sido una iniciativa.
Todos estamos en la búsqueda de lo nuestro según nuestras programaciones y decisiones o en desconocimiento de la verdad, lo hemos hecho en la forma que hemos podido entender, frecuentemente atado a lo que aprendiste, no sabías otra forma  y en ese momento era de lo que disponías. Cuando lo obtenemos,  frecuentemente hemos pasado por encima de nosotros mismos o de mis hermanos y el sabor que nos queda no es pleno, no es completo. Si he tomado o quitado algo  para hacerlo mío, si he disminuido mi autoestima o a otro, si he poseído falso amor produciendo odio en otros, acudiré a la redención. No buscaré ahora lo mismo (no es castigo por lo que hiciste), encontraré la forma creativa de la redención, tendré finalmente la libertad de experimentar esa iniciativa. Texto tomado de la conferencia "Redención y Apogeo" del curso SABIDURIA ETERNA, autor Armando Quezada.

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